En la era moderna, la velocidad puede parecer una ventaja para todo. Pero cuando se trata de tu salud, específicamente de tu cintura, la velocidad es algo que debes evitar.
Estudio tras estudio revela que comer lentamente en realidad promueve una mejor salud, y eso se debe a la forma en que nuestros cuerpos están programados.
En este artículo veremos si la evidencia apunta a que comer rápido es malo para la salud.

Imagen 1: Imagen recogida de la web medicalnewstoday.com
¿Comer rápido hace que comas más?
Efectivamente, puede ser así.
En el ajetreado mundo actual, la gente suele comer rápido y con prisas.
Sin embargo, tu cerebronecesita tiempo para procesar las señales de saciedad (estudio).
De hecho, tu cerebro puede tardar hasta 20 minutos en darse cuenta de que está lleno.
Cuando comes rápido, es mucho más fácil comer mucha más comida de la que tu cuerpo realmente necesita. Con el tiempo, el consumo excesivo de calorías puede provocar un aumento de peso.
Un estudio en niños encontró que el 60% de los que comían rápidamente también comían en exceso. Las personas que comían rápido también tenían 3 veces más probabilidades de tener sobrepeso.

Está relacionado con un mayor riesgo de obesidad
La obesidad es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial. Es una enfermedad compleja que no es causada simplemente por una mala alimentación, inactividad o falta de fuerza de voluntad.
De hecho, están en juego complicados factores ambientales y de estilo de vida.
➜ Por ejemplo, comer rápido se ha estudiado como un factor de riesgo potencial para tener sobrepeso y obesidad (estudio).
Una revisión de 23 estudios encontró que las personas que comían rápido tenían aproximadamente el doble de probabilidades de ser obesas, en comparación con las que comían lentamente.
Puede provocar otros problemas de salud
Comer rápido no solo aumenta el riesgo de tener sobrepeso y obesidad, sino que también está relacionado con otros problemas de salud, que incluyen:
- Resistencia a la insulina. Comer demasiado rápido está relacionado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina, que se caracteriza por niveles altos de azúcar e insulina en sangre. Es un sello distintivo de la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. (estudio).
- Diabetes tipo 2. Comer rápido se ha asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Un estudio encontró que los que comían rápido tenían 2,5 veces más probabilidades de contraer la enfermedad en comparación con aquellos que comían lentamente. (estudio).
- Síndrome metabólico. Comer rápidamente y el aumento de peso asociado pueden aumentar el riesgo de síndrome metabólico, un grupo de factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas. (estudio).
- Mala digestión. Las personas que comen rápido comúnmente reportan mala digestión como consecuencia de comer demasiado rápido. Es posible que tomen bocados más grandes y mastiquen menos la comida, lo que puede afectar la digestión.
- Menor satisfacción. Los que comen rápido tienden a calificar sus comidas como menos placenteras, en comparación con los que comen lentamente. Puede que esto no sea un problema de salud per se, pero de todos modos es importante. (estudio)
¿Cómo aprender a comer más lento?
Comer más lentamente puede proporcionar varios beneficios para la salud.
Puede aumentar tus niveles de hormonas de la saciedad, ayudarlo a sentirse más satisfecho y disminuir su ingesta de calorías.
También mejora la digestión y el disfrute de la comida.
Técnicas para comer más despacio
Si quieres comer más despacio, aquí tienes algunas técnicas que puedes probar:
- No comas frente a las pantallas. Comer frente a un televisor, ordenador, teléfono inteligente u otro dispositivo puede hacer que comas rápido y sin pensar. También puede hacerte perder la cuenta de cuánto has comido.
- Deja el tenedor entre cada bocado. Esto te ayudará a reducir el ritmo y disfrutar más de cada bocado.
- No tengas demasiada hambre. Evite tener mucha hambre entre comidas. Puede hacer que usted coma demasiado rápido y tome malas decisiones alimentarias. Tenga a mano algunos snacks saludables para evitar que esto suceda.
- Bebe agua. Beber agua durante la comida le ayudará a sentirse satisfecho y te animará a reducir el ritmo.
- Mastica bien. Mastica la comida con más frecuencia antes de tragarla. Puede resultar útil contar cuántas veces mastica cada bocado. Trata de masticar cada bocado de comida entre 20 y 30 veces.
- Consume alimentos ricos en fibra. Los alimentos ricos en fibra, como las frutas y las verduras, no solo sacian mucho, sino que también requieren bastante tiempo para masticarse.
- Toma bocados pequeños. Tomar bocados más pequeños puede ayudarle a reducir el ritmo de su alimentación y hacer que la comida dure más.
- Come conscientemente. La alimentación consciente es una herramienta poderosa. El principio fundamental detrás de esto es prestar atención a los alimentos que estás comiendo.
Conclusiones
Comer rápido es una práctica común en el acelerado mundo actual.
Si bien puede ahorrarte unos minutos durante las comidas, también aumenta el riesgo de sufrir diversos problemas de salud, como la obesidad y la diabetes tipo 2.
Si tu objetivo es perder peso, comer rápido puede estar obstaculizando tu progreso.
Por otro lado, comer más lentamente puede proporcionar poderosos beneficios, así que reduce el ritmo y saborea cada bocado.