Relación entre estrés y lesiones deportivas

Mi nombre es Iván Alonso y soy Psicólogo especialista en mejorar el rendimiento de las personas.

¿En que medida puede el estrés suponer un problema a nivel de lesiones deportivas?

A lo largo de este artículo abordaremos este curioso e importante tema.

Espero que os guste y que disfrutéis tanto leyendo como yo he disfrutado en su creación.

¿Hay más riesgos de lesión cuando una persona está estresada?

Por supuesto hay una estrecha vinculación entre el estrés y las lesiones deportivas.

Según Williams y Robert, el número de lesiones deportivas tiene una prevalencia de dos a cinco veces superior en aquellos atletas que han presentado altos valores de estrés, es decir, nos encontramos con presencia de lesión deportiva de hasta cinco veces más en atletas que presentan altos niveles de estrés.

Por su parte Pauner observo una mayor tasa de lesiones en aquellos atletas que tenían un aumento significativo de estos factores de estrés que comentábamos justo antes de la lesión deportiva, es decir, cuando veían un pico de estrés por diferentes factores o por diferentes fuentes veían que días después se producía lesión deportiva.

En primer lugar vamos a intentar entender el por qué se produce o por qué hay una correlación tan fuerte entre la el aumento de estrés y la lesión deportiva.

Los principales modelos teóricos que se han planteado son por un lado la teoría de los déficits atencionales que básicamente postulan que el motivo por el cual se va a producir esa lesión deportiva es por qué se produce una desviación de la atención por parte del atleta.

En este sentido, podría deberse a un estrechamiento del campo visual tal y como defienden Thomson y Morris los cuales encontraron una relación directa entre ese aumento de la focalización interna por parte del deportista con no procesar de forma eficiente toda la información de su entorno.

Cuando el foco atencional se cierra de forma desproporcionada tiene una menor capacidad de adaptarse o de gestionar diferentes estímulos por parte del ambiente y por tanto es más fácil que cometa errores.

Por otro lado, podría darse un aumento de la distracción que también plantearon algunos autores como Thomson y Morris. Estos autores encontraron que cuando hay acontecimientos estresantes se produce una disminución de la vigilancia por parte de los sujetos y que, por lógica, esa disminución de la capacidad de prestar atención repercute ya no tanto a la hora de buscar o ser capaces de atender a diferentes estímulos externos sino también en una menor capacidad para por ejemplo prestar atención a señales internas.

Incluso aquellas que tienen que ver con la propia integridad física del atleta que no es capaz de tener en cuenta diferentes señales, cómo puede ser el que le está empezando a doler algo o el que no está realizando bien la técnica y no es capaz de tener capacidad propioceptiva por ese aumento del estrés.

Por otro lado está la teoría del aumento de la tensión muscular que básicamente lo que nos vendría decir es que cuando tenemos una gran cantidad de estrés puede provocar una sobre activación muscular específica y que esta a su vez lleve a la realización de movimientos que son menos precisos.

Además, en el caso por ejemplo del powerlifting dicho aumento de la tensión muscular podría conllevar estar más rígidos y por tanto tener una menor movilidad aumentando el riesgo de realizar una peor técnica.

A nivel emocional, un exceso de activación debida a una cantidad de estrés alta en ciertas modalidades también puede ser negativa.

Ya no nos referimos al ejemplo clásico del tiro con arco que el estar estresado me hace temblar más y por tanto puede ir en detrimento del rendimiento, sino que desde un plano emocional en deportes de contacto a lo mejor el hecho de tener una cantidad de estrés muy elevada me lleva a presentar mayores niveles de hostilidad y a llevar a cabo diferentes conductas que no son positivas a nivel deportivo.

Este tipo de conductas pueden llevar al atleta a una lesión, por ejemplo, el hecho de no actuar de forma inteligente y dejarse llevar por un plano más emocional y realizar conductas que son poco prácticas o que realmente no ha sido lo suficientemente valoradas sino realizadas de forma mucho más impulsiva y que puede llevar a que el rival pueda llegar no solo a ganarle sino también a la luxación, poniendo en riesgo su integridad.

Incluso altos niveles de estrés también pueden jugar por defecto provocando una caída del nivel de arousal ya sea por conductas propias de la depresión o burnout etcétera

De esta forma, por ejemplo que un halterófilo no implique los niveles de fuerza a la hora de afrontar una carga que debería estar presentando, incluso aunque se trate de una carga que maneja con facilidad pero si no está prestando los niveles de energía necesario o no está poniendo de su parte puede terminar derivando en una lesión deportiva.

Otros datos que pueden ser interesantes y algunas conclusiones que podemos sacar o que se han visto de forma estadística es que en general se producen más lesiones en situación de competición que en entrenamiento, lo cual tiene bastante lógico porque al final la competición supone una fuente de estrés muy superior a otros contextos conocidos.

Así, Ortín en el año 2008 encontraron que cuando un equipo va perdiendo se intensifican los problemas de lectura atencional y de la tensión muscular aumentando considerablemente el riesgo de lesión.

Holmes y Rahe (1967) utilizaban un instrumento creado por ellos mismos (Social Readjusment Rating Scale, SRRS) para medir los sucesos vitales cotidianos. A partir de sus estudios, los autores sugieren que cualquier cambio significativo, tanto positivo como negativo, podía ser estresante y, por tanto, aumentar el riesgo de lesión.

En el estudio de Díaz (2001) se relacionan los sucesos vitales generales, tanto positivos como negativos con el número y gravedad de las lesiones deportivas. Llegaron a las siguientes conclusiones:

  • La relación entre eventos estresantes y lesiones cobra mayor relevancia cuando la evaluación de ambas variables se refiere al mismo periodo temporal.
  • La magnitud del suceso es más importante que las veces que se repite.
  • Los sucesos negativos parecen estar relacionados de modo consistente con indicadores de lesión que se refieren a la gravedad de las lesiones.
  • Por su parte, los eventos positivos presentan relaciones más importantes con indicadores referidos a la frecuencia de las lesiones (Petrie, 1992).

Por otro lado también vemos una especial relevancia en cuanto a la historia previa de lesiones del deportista, algo bastante lógico y bastante interesante.

Algunos autores señalan que entre el 20% y el 25% de las lesiones son recaídas de alguna lesión anterior (Hawkins y Fuller, 1999; Krucera, Marshall, Kirkendall, Marchak y Garrett, 2005). Por otro lado, las propias lesiones constituyen eventos altamente estresantes que afectan al estado emocional del deportista (Nicholls y Polman, 2007).

En mi caso personal como atleta que ha pasado por diferentes lesiones, considero que la propia lección supone una fuente de estrés y condiciona realmente el entrenamiento como otra fuente de estrés al entrenar con dolor.

En cuanto a la personalidad y lesiones en el deporte, los resultados son muy contradictorios precisamente por tratarse de un concepto en mi opinión muy difícil de operativizar.

Perna y McDowell encontraron que los deportistas con un perfil pesimista y un alto grado de estrés diario experimentan un mayor índice de lesiones.

Palmeira encontró que los sujetos con mayor extroversión sufrieron menos lesiones. Los autores señalan que la extroversión parece reducir la influencia de los acontecimientos vitales.

Otro área cuya influencia ha sido estudiada en la relación personalidad-lesión es la de los estados de humor. Williams, Hogan y Andersen verificaron que los atletas que presentaban estados de humor positivos en el principio de la temporada tenían una tasa de lesiones menor.

Algo que hemos visto a lo largo de todo el curso es que no solo son importantes las fuentes de estrés y en qué medida la persona percibe esas fuentes como realmente estresantes o realmente impactantes sino también los recursos de afrontamiento que tiene la propia persona de cara a gestionar esas diferentes fuentes de estrés en cuanto al ámbito deportivo.

Los déficits de recursos o las carencias a la hora de tener recursos de afrontamiento ante situaciones que son potencialmente estresantes puede incrementar de forma drástica la vulnerabilidad de los deportistas ante las consecuencias perjudiciales del estrés como es el mayor riesgo de lesión deportiva.

Así, el modelo de estrés de Andersen y Williams (1988) incluye los recursos de afrontamiento como elemento fundamental del mismo. En dicho modelo los recursos del deportista están formados por el apoyo social, el dominio del estrés y otras habilidades de afrontamiento psicológicas (como las conductas de afrontamiento general del tipo sueño, alimentación…)

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- Este artículo ha sido extraído de un curso de pago de la app de AudioFit.

Contenido creado por el autor a fecha de: 02-01-2021

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