Como norma general, la gran mayoría de personas que entrenan con pesas lo hacen para conseguir un aumento de la hipertrofia muscular.
Y, casi cualquier persona que haya tenido algún periodo de inactividad (parón) tras estar una buena temporada entrenando, habrán notado que se puede recuperar la fuerza y el tamaño muscular perdidos mucho más rápidamente que cuando eran principiantes.
A este fenómeno se le conoce como "memoria muscular". Y, en este artículo, exploraremos los fundamentos científicos de la misma.

¿Qué es la memoria muscular?
La memoria muscular es el término utilizado para describir la capacidad del cuerpo para recuperar rápidamente la fuerza y la masa muscular después de un período de inactividad, a pesar de que la ganancia muscular se haya perdido.
Esta memoria es el resultado de adaptaciones fisiológicas que ocurren durante el entrenamiento con pesas.
Cuando una persona se somete a un programa de entrenamiento, se producen dos tipos principales de adaptaciones: hipertrofia muscular (aumento del tamaño de las fibras musculares) y mejora de la eficiencia neural (mejora de la conexión entre el sistema nervioso y los músculos).
Ambas adaptaciones son responsables de la mejora en la fuerza y el tamaño muscular.
La hipertrofia muscular se da cuando las fibras musculares son sometidas a un elevado grado de tensión mecánica durante el ejercicio, lo cual desencadena una serie de respuestas que conducen a un aumento del tamaño del tejido durante el proceso de recuperación.
Por otro lado, la mejora de la eficiencia neural implica una mejora en la coordinación y reclutamiento de las unidades motoras (entre otras cosas), lo que resulta en una mayor y más eficiente activación de las fibras musculares durante la contracción muscular.

Mecanismos subyacentes de la memoria muscular
Inicialmente, el fenómeno de que el músculo puede tener algún tipo de memoria se origina a partir de observaciones en humanos que muestran que personas previamente entrenadas ganan masa muscular y fuerza más rápidamente al volver a entrenar de nuevo [1, 2, 3].
De hecho, Staron fue el primero en demostrar que las mujeres recuperaron la fuerza muscular y el tamaño de las fibras durante 6 semanas de reentrenamiento tan rápido como en las 20 semanas iniciales de entrenamiento de fuerza.
Esto, junto con una serie de observaciones posteriores, ha llevado a sugerir que puede haber algún tipo de memoria muscular local responsable de una recuperación muscular tan rápida.
Sin embargo, no fue hasta mucho más tarde que la primera evidencia de estudios en animales mostrara que los mionúcleos no se pierden necesariamente durante condiciones atróficas [4], lo que se llevó a especular sobre la hipótesis de la “memoria muscular por permanencia mionuclear”. [5]
Entonces, a día de hoy, según lo que sabemos, la memoria muscular se basa en dos mecanismos principales: la preservación de los mionúcleos y las adaptaciones epigenéticas.
Los mionúcleos son la parte del músculo en el cual se dan los procesos de síntesis de proteínas; Cuando entrenamos y vamos ganando más y más masa muscular, estos núcleos aumentan en número y se vuelven más activos.
Luego, durante la inactividad, estos mionúcleos permanecen en el músculo en la misma cantidad, aunque el tamaño del músculo disminuya, lo que permite una respuesta más rápida y efectiva cuando se reanuda el entrenamiento.
En cuanto a las adaptaciones epigenéticas, estas son cambios en la expresión de los genes sin modificar la secuencia de ADN. Estos cambios pueden ocurrir como resultado del entrenamiento con pesas y desempeñan un papel fundamental en la memoria muscular.
Durante el entrenamiento de fuerza, se producen cambios epigenéticos en los genes relacionados con el crecimiento y la fuerza muscular.
Estos cambios pueden incluir modificaciones en las etiquetas químicas que se unen al ADN y en las proteínas que interactúan con los genes. Estas modificaciones epigenéticas pueden persistir durante un período de inactividad y permitir una respuesta más rápida y efectiva al entrenamiento posterior.
La epigenética puede influir en la regulación de la síntesis de proteínas y en la activación de los genes responsables del crecimiento y la adaptación muscular.
Estas adaptaciones epigenéticas pueden afectar la estructura y la función de las fibras musculares, mejorando la capacidad contráctil y promoviendo un mayor tamaño y fuerza muscular.
En resumen, la memoria muscular se basa en la preservación de los mionúcleos y en las adaptaciones epigenéticas que ocurren durante el entrenamiento con pesas. Estos mecanismos permiten una respuesta más rápida y efectiva al entrenamiento posterior, facilitando la recuperación de la fuerza y el tamaño muscular.
Conclusión
La memoria muscular es un fenómeno el cual, si bien aún a día de hoy no se comprende completamente, es algo bastante interesante y respaldado por la ciencia que permite a nuestro cuerpo recuperar rápidamente la fuerza y la masa muscular después de un período de inactividad.
Asimismo, el comprender los mecanismos subyacentes de la memoria muscular y el cómo funciona nos puede ayudar a, entre otras cosas, realizar una mejor programación del entrenamiento para personas que vienen después de un parón ya sea por una lesión, etcétera, ya que nos ayuda a comprender el cómo responderán tras la reintroducción del entreno.