El té rooibos, también conocido como “té de arbusto rojo” o “té rojo africano”, se elabora a partir de las hojas fermentadas del arbusto aspalathus linearis, una planta originaria de Sudáfrica.
Se utiliza como una alternativa sin cafeína al té verde o negro, el rooibos es de color marrón rojizo y tiene un sabor dulce y terroso. Se consume más comúnmente como té, a veces con leche y azúcar añadida o en té helado, espressos, lattes y capuchinos. Puedes comprar rooibos como té, como extracto para aromatizar o como aditivo en productos cosméticos.
Sabemos según la evidencia científica que el extracto de té verde ayuda a la pérdida de peso, pero ¿ocurre igual con el té rojo? Veamos.

Imagen 1: Té rojo. Imagen recogida de la web medicalnewstoday.com
No contiene cafeína
La cafeína, que se encuentra en otras formas de té como el té negro y el té verde, es segura para consumir en cantidades moderadas. Sin embargo, demasiada puede provocar efectos secundarios como ansiedad, insomnio, palpitaciones y dolores de cabeza.
El té rojo no contiene cafeína, lo que lo convierte en una alternativa saludable a los tés negros o verdes. También tiene niveles más bajos de taninos, lo que puede interferir con la capacidad del cuerpo para absorber ciertos nutrientes, como el hierro.

Imagen 2: Estructura molecular de la cafeína. Imagen recogida de la web royaltipstea.com
Pérdida de peso
Si bien todavía falta mucha evidencia al respecto, existen estudios favorables para el uso del té rojo y la pérdida de peso. La vía mediante la cual parece actuar el té rojo y la pérdida de peso es mediante el aumento de la leptina.
Esta hormona envía señales al cerebro que pueden suprimir la sensación de hambre y regular la ingesta de alimentos. El mismo estudio también encontró que el té rojo estimulaba el metabolismo y limitaba la formación de nuevas células grasas (Fig.1). (Estudio)
Un estudio recién publicado por Nehme, R. et al. (2023) tenían como objetivo estudiar el efecto del té rojo sobre la obesidad y el estado inflamatorio crónico de bajo grado.
Los resultados fueron realmente prometedores, ya que disminuyeron las especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) un aumento de estas puede desencadenar en estrés oxidativo cuya consecuencia sería la de que nuestras células se oxiden, afectando a sus funciones y dañándolas.
Además de reducir las especies reactivas de oxígeno, también redujeron la secreción de citocinas proinflamatorias (moléculas que promueven a la inflamación) en glóbulos blancos humanos.
Por último y no menos importante, en dicho estudio se reafirma en la disminución de la formación de adipocitos (células de grasa), aumentos en los niveles de leptina y adiponectina (regula el metabolismo energético del organismo, ya que estimula la oxidación de ácidos grasos, reduce los triglicéridos plasmáticos y mejora el metabolismo de la glucosa mediante un aumento de la sensibilidad a la insulina).

Figura 1: Mecanismo por el cuela el té rojo inhibe la formación de células grasas, aumenta la captación de glucosa, menos acumulación de lípidos, liberación de glicerol y ácidos grasos libres, además de leptina a la circulación.
Otros beneficios para la salud
Como mencionábamos en la figura 1, al favorecer la captación de glucosa, mejora la sensibilidad a la insulina, lo que es un aspecto muy a tener en cuenta para pacientes con prediabetes o diabetes tipo 2, tal y como recoge el estudio de Sasaki, M. el al. (2018). Este estudio hay que tomarlo con cautela, ya que se realizaron en modelos animales, pero sin duda va en consonancia con las recientes investigaciones.
Otro estudio publicado en Journal of African Association of Physiological Sciences, por Erlwanger, K. et al. (2017) descubrieron que uno de sus polifenoles, aspalatina, tenía diferentes propiedades, tales como:
- Antioxidante
- Antidiabético
- Cardioprotector
- Antihipertensivo
Además de ser rico en aspalatina, también contiene quercetina y luteolina, dos flavonoides que se ha demostrado que previenen el crecimiento de tumores y la propagación de ciertos tipos de cáncer, según un informe anterior publicado en 2003 por el American Botanical Council.
En este otro publicado por Marnewick, JL. Et al. (2011) evaluaron a 40 voluntarios que consumieron seis tazas de té rojo fermentado / tradicional diariamente durante 6 semanas, seguido de un período de control.
Los resultados sugirieron que “el consumo de té rojo fermentado y tradicional mejoró significativamente el perfil lipídico, así como el estado redox, ambos relevantes para la enfermedad cardíaca, en adultos con riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares”.
Persson, I. et al. (2010) evaluaron a diecisiete voluntarios sanos que recibieron una dosis oral única de 400 ml de té verde, té negro o té rojo en un estudio aleatorizado, trifásico, cruzado. Se midió la actividad ECA (enzima convertidora de angiotensina) y la concentración de NO (óxido nítrico, por sus siglas en inglés).
La enzima convertidora de angiotensina incrementa la acción vasoconstrictora pudiendo acarrear problemas cardiovasculares, de ahí a que se utilicen fármacos inhibidores de esta enzima. Por otro lado, el óxido nítrico es un gas que produce nuestro cuerpo y ayuda a aumentar el flujo sanguíneo.
Los resultados del estudio fueron los siguientes:
“La ingesta oral de una dosis única de té rojo inhibió significativamente la actividad de la enzima convertidora de angiotensina después de entre 30-60 minutos. No se observó ningún efecto significativo sobre la concentración de óxido nítrico”.
“Estos resultados sugieren que el té verde y el té rojo pueden tener efectos cardiovasculares a través de la inhibición de la actividad de la enzima convertidora de angiotensina”.

Imagen 3: Beneficios de los flavonoides. Imagen recogida de la web botanical-online.com
Conclusiones
Como hemos visto a lo largo de este artículo, los beneficios de tomar té rojo son a priori muy prometedores. Si bien es cierto que la evidencia existente es escasa, sobre todo en humanos, la relación costo-riesgo-beneficio es muy positiva para incorporarlo a nuestra alimentación.